Amanda Labarca fue una de las primeras mujeres que fue a la universidad, egresada del Instituto Pedagógico de le Universidad de Chile a los quince años titulada de profesora con mención en castellano, en 1918 fue enviada a Estados Unidos por el gobierno para realizar un profundo diagnóstico sobre el sistema escolar de ese país, también estudio en la Universidad de Columbia en los Estados Unidos, y en Sorbona en Francia, en donde se instruyo de la discusión internacional de los problemas de la mujer.
Así fue que al volver a chile luego de sus estudios dicta en la universidad de Chile un ciclo de conferencias sobre los avances y dificultades de las mujeres. Así, siguiendo la idea de los Reading club de los estados unidos crea el círculo de lectura para fomentar el avance de la mujer, elevando su nivel cultural. Siguió combinando estas labores con la lucha política por los derechos femeninos. Así, al mismo tiempo que implementó el Liceo Experimental Manuel de Salas, se convirtió en la vicepresidenta de la Asociación de las Mujeres Universitarias.También participó activamente en la lucha que dieron las mujeres por alcanzar el derecho a voto, cuyo primer triunfo fue participar en las elecciones municipales de 1934.
Luego funda el consejo nacional de mujeres, y como su presidenta solicita y obtiene la promulgación del decreto ley, que levanta las incapacidades de las mujeres.
Posteriormente obtiene el cargo de profesora extraordinaria de psicología, humanidades y educación de la universidad de chile, siendo la primera profesora a nivel universitario.
Amanda sostiene que la educación es la vía más eficaz para producir los cambios en las estructuras sociales.
Dedicó gran parte de su vida a la educación y a la política. Incluso fue considerada por el ex rector de la Universidad de Chile, Juvenal Hernández, como "una de las mujeres con más talento que ha producido este país".
Algunas de las responsabilidades más importantes que le designaron fue ser delegada del presidente de la República en el Consejo Universitario, cargo que ocupó hasta 1952, y ser embajadora de Chile ante las Naciones Unidas, durante el gobierno de Gabriel González Videla.
Creó las famosas Escuelas de Temporada de la Universidad de Chile, las cuales siguen vigentes hasta el día de hoy.
En 1909, año en que publica su primera obra Impresiones de Juventud. Su segunda obra aparece en 1915, titulada Tierras extrañas. Tuvo que enfrentar los herméticos y recalcitrantes círculos masculinos, aunque poco a poco fue generando un espacio en el que ganó respeto y reconocimiento. El propio Presidente de la República, Juan Luis Sanfuentes, la nombró directora del Liceo Nº 5, en mérito de lo anterior. Lo cual era un logro notable para cualquier mujer de su época.
En 1939 publicó La Historia de la Educación en Chile y La evolución de la Segunda Enseñanza. En “Bases para una Política Educacional”, promueve la función social de la educación, que esté al servicio de población y sus realidades. En 1940 publicó La Educación Decadente y en 1945 Desvelos del Alma. En otras fuentes he encontrado que dicho libro se llama Desvelos del Alba. Sin embargo, no he podido descubrir cuál de los dos es el verdadero nombre, por lo que cito ambos. Otras de sus obras fueron: “Historia de la enseñanza en Chile”(1948), “Impresiones de juventud”, “Meditaciones breves”, “Perspectiva de Chile”, “En tierras extrañas”, “La lámpara maravillosa”, “Cuentos a mi señor” y “Bases para una política educacional”.
Sus últimos años los dedicó a la escritura de numerosos estudios relativos a la educación y la mujer, artículos de prensa en El Mercurio y continuó con sus famosas tertulias, a las que llegaban importantes intelectuales de toda Latinoamérica. Fallece en Santiago el día 2 de enero de 1975 a la edad de 89 años.
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