- Tú eres un gran místico – le dijo a Nasrudín uno de sus pupilos-, y sin duda sabrás por qué los hombres siguen sendas diferentes a lo largo de su vida, en vez de seguir todos una misma senda.
- Sencillo –contestó el maestro- si todo el mundo siguiera la misma senda, todos acabaríamos en el mismo lugar; el mundo, perdido el equilibrio, se inclinaría.
martes, 2 de septiembre de 2008
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